BioNTech, conocida mundialmente por su asociación con Pfizer en la vacuna COVID-19, está avanzando hacia su objetivo de crecer como una "potencia de inmunoterapia totalmente integrada". La compañía alemana tiene previsto presentar una solicitud reglamentaria en 2024 para lo que podría convertirse en su primer fármaco oncológico aprobado, BNT323. Este fármaco, un conjugado anticuerpo-fármaco dirigido a HER2, fue licenciado de la china DaulityBio en 2023. Actualmente, BioNTech depende de un CDMO en China para el suministro de BNT323, pero está planeando diversificar su base de suministro añadiendo múltiples "nodos de suministro" en los próximos años para reducir esta dependencia.

BNT323 se está probando en un ensayo de un solo brazo dentro de un ensayo 'basket' más amplio, específicamente en la población de cáncer de endometrio en segunda línea que expresa HER2. La compañía ya está manteniendo conversaciones con las autoridades reguladoras para entender las expectativas para la solicitud de aprobación. BioNTech está aprovechando la sólida situación financiera derivada de su vacuna COVID-19 (con una caja de 15.900 millones de euros a 31 de marzo) para impulsar sus numerosos programas de cáncer. Además de BNT323, se enfocan en dos programas oncológicos prioritarios con "potencial disruptivo": el anticuerpo biespecífico PD-L1xVEGF BNT327 y su plataforma de inmunoterapia contra el cáncer basada en ARNm. Los ejecutivos no anticipan un impacto financiero significativo por los aranceles anunciados por el Presidente Trump.