La pandemia de COVID-19 ha retrasado los diagnósticos de diversas patologías graves no COVID, como el cáncer, teniendo mayor relevancia en el caso de los afectados con cáncer de pulmón donde la detección precoz es la mejor arma para su curación. Así lo señalan expertos de la Lung Ambition Alliance (LAA).

En concreto, el doctor Javier de Castro, jefe de Sección del Servicio de Oncología del Hospital La Paz de Madrid y secretario de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), ha alertado: “Para los pacientes con cáncer de pulmón, la pandemia ha tenido un doble impacto: por una parte, el retraso sufrido en los diagnósticos, hecho clave porque la detección precoz en este cáncer es vital; por otro lado, la COVID-19, como enfermedad respiratoria, ha agravado los problemas de estos pacientes, por lo que han sido uno de los grupos de riesgo más castigados por la infección”.

Unas palabras con las que se muestra de acuerdo el doctor Laureano Molins, responsable del Servicio de Cirugía Torácica del Hospital Clínic de Barcelona y coordinador nacional de la Lung Ambition Alliance: “Esta pandemia ha significado un retraso en el diagnóstico de los pacientes en general, ya que no acudían al hospital. Y los programas de deshabituación tabáquica, como toda actividad médica, han quedado mermados durante la pandemia”.