En el marco de ECTRIMS, Merck ha dado conocer nuevos resultados que revelan que no hay evidencia de que el uso de IFN β, incluido Rebif®, antes y durante el embarazo en mujeres con esta enfermedad afecte al peso del bebé al nacer para su edad gestacional ni a su perímetro cefálico.
Merck ha anunciado, durante el 35º Congreso del Comité Europeo para el Tratamiento e Investigación de la Esclerosis Múltiple (ECTRIMS, por sus siglas en inglés), la presentación de nuevos datos en embarazos de pacientes con esclerosis múltiple (EM) expuestas a interferón beta (IFN β), incluido Rebif® (sc/interferón beta-1a subcutáneo). Estos datos demuestran que no hay evidencia de que la exposición a IFN β antes y durante el embarazo en mujeres con EM afecte al peso del bebé al nacer para su edad gestacional ni a su perímetro cefálico. Estos resultados se basan en los datos extraídos de los registros de salud finlandesa y sueca, recabados entre 1996 y 2014.
"Nuestra prioridad es asegurar que atendemos las necesidades de las personas que viven con EM", asegura la Dra. María Rivas, directora Médica de Merck. "Cuando a una mujer se le diagnostica EM, probablemente se haga preguntas sobre la continuidad de su tratamiento en el caso de quedarse embarazada y cómo podría afectar éste al feto. Estamos orgullosos de colaborar con autoridades académicas y sanitarias para arrojar más luz en este sentido, ayudando a profesionales sanitarios y pacientes".