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21/06/2018 12:00:00
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Financiación inteligente y colaboración público-privada marcan el futuro de la biomedicina

La última jornada sobre innovación organizada por la patronal del medicamento innovador, Farmaindustria, ha concluido con la afirmación de que sólo la financiación “inteligente” y la colaboración público-privada prefiguran el futuro de la biomedicina en España y en el resto del mundo. El encuentro, que llevó por lema “Una revolución en marcha“,  sirvió también para seguir adelante con la campaña en redes sociales #WeWontRest, destinada a que investigadores y personas de la industria farmacéutica europea, y poco conocidas del gran público, transmitan con sus propias palabras la esencia de su trabajo.

Re-imaginar la Medicina

El presidente de Farmaindustria, Jesús Acebillo, abrió la jornada con la afirmación de que las nuevas terapias moleculares, genéticas y celulares transforman la evolución de las enfermedades y mejoran la calidad de vida de las personas. Entre estos avances, Acebillo destacó una reducción del 20 por ciento en la mortalidad por cáncer, lograda en los últimos 25 años, mientras que los fallecimientos por causas cardiovasculares se han reducido el 37 por ciento en lo que va de 2018. Con hitos logrados como la curación de la hepatitis C, la cronificación del Sida o la mejora sustancial de la vida de las personas con enfermedades autoinmunes y que, en Oncología, suponen que el 70 por ciento de los pacientes sobrevive a los cinco años de obtenido su diagnóstico.

En esa senda de transformación, el presidente de la patronal farmacéutica también situó los diagnósticos más tempranos, la formación progresiva de los médicos y la corresponsabilidad creciente de los propios pacientes respecto a su propia evolución patológica y terapéutica. Sin olvidar, recalcó, la función del medicamento que es un bien que, entre los años 2000 y 2010, ha sido responsable en dos tercios del crecimiento en la esperanza de vida de la población, la mayoría de las veces gracias a innovaciones disruptivas, tal como matizó el presidente.

Proteómica-genómica funcional

El presidente de Farmaindustria adelantó que la medicina de precisión va a ser pronto una realidad, de la mano de la genómica y la proteómica-genómica funcional, en una dinámica que implicará cambios en el sistema sanitario y sus esquemas de financiación, tal como se aprecia en cáncer y en enfermedades raras.

Acebillo y el vídeo que se visionó durante la jornada recordaron que alumbrar un nuevo fármaco cuesta una media de 2.400 millones de dólares. Con tanto riesgo inversor que solo una de cada 10.000 moléculas logra llegar al paciente. Gracias a los esfuerzos incansables de un sector que destina 35.000 millones de euros a investigación y desarrollo en Europa, con un diez por ciento de sus profesionales destinados a generar nuevos fármacos. Sin perder de vista que solo uno de cada diez medicamentos consigue recuperar las inversiones realizadas por sus laboratorios productores.

Sobre inteligencia artificial y Big Data, Acebillo auguró que tendrán mucho impacto en los resultados en salud que sirvan al sistema sanitario a ganar en eficiencia para dinamizar la asistencia y hacerle ganar en calidad. Con la ventaja añadida, sumó el presidente, de mejorar la productividad del país. El presidente destacó el trabajo de los 5.000 investigadores que la industria farmacéutica tiene en España y el liderazgo de los científicos españoles en el contexto innovador mundial.

Junto a Acebillo, dirigió unas palabras a los presentes el director de Comunicación de Farmaindustria, Francisco J Fernández, quien celebró poder poner en común destacables avances contra la enfermedad, en un foro de figuras altamente especializadas.

Terapias dirigidas y génicas

Concluidas las palabras del presidente de Farmaindustria, Jorge Camarero, miembro del Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), abrió una mesa de análisis sobre los nuevos paradigmas de investigación biomédica desde el punto de vista de la ciencia actual.

Unos paradigmas que Camarero redujo a tres: la medicina de precisión, las terapias dirigidas y las terapias génicas, aunque estas últimas, reconoció, no llegan todavía a tantos pacientes como las necesitarían, especialmente en líneas tardías de tratamiento.

Enseñanzas de ASCO

La primera en intervenir fue Irene Braña, oncóloga de la unidad de investigación en terapia molecular del cáncer (UITM) del Hospital Universitario Vall d’Hebron (VHIO). Durante su intervención, analizó los conceptos de medicina de precisión y desarrollo de fármacos oncológicos. Como preámbulo, Braña recordó lo bajas que eran las tasas de eficacia de las terapias en Oncología en los años 90 del siglo pasado.

Un panorama que ha cambiado sustancialmente con la medicina de precisión, que consiste en dar la dosis adecuada del medicamento preciso al paciente concreto en el instante perfecto. Algo que trasciende la farmacogenética para adentrarse en la expresión génicas de los tumores. Así se vio en la última edición del Congreso Americano de Oncología Médica (ASCO), según la ponente, en cáncer de mama. Momento de la oncología mundial en el que se compartieron los estudios Mindact y Tailorx, que demostraron la conveniencia de no usar quimioterapia cuando la genética lo desaconseja.

A la caza de mutaciones

Para ilustrar su charla, Braña puso ejemplos de lo anterior como Imatinib en pacientes con mutación HER2 positiva en el 25 por ciento; KRAS y anti EGFR en el 50 por ciento de los cánceres colorrectales; y Crizotinib con ALK traslocado como biomarcador.

Propuso la ponente hacer cribados muy selectivos con paneles adaptados y basados en múltiples biomarcadores. Para desarrollar ensayos clínicos, señaló los estudios paraguas (umbrella) que organizan varios tratamientos posibles en torno a un solo biomarcador, como ocurrió con el estudio Battle en cáncer de pulmón. Frente a ellos, opuso los estudios Cesta (baskett) en VRAF V600E. Con dos estudios con Lartrectinib en distintos tipos de tumores, en población adulta y pediátrica. A los que añadió un estudio multi-baskett mediante iProfiler, que une investigación industrial y académica.

Frente a la leucemia

La consultora del servicio de Hematología y Oncología Pediátricas del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, la doctora Susana Rives, explicó las terapias con linfocitos T-Car en hemopatías pediátricas.

Para Rives la clínica muestra que, después de tratar a 300 niños con leucemia, es ahora cuando se empiezan a ver avances de tremenda trascendencia. En ese sentido expuso el caso de un niño con Leucemia Linfoblástica Aguda (LLA), con dos fracasos previos de trasplante de progenitores hematopoyéticos (médula ósea). Eligió el caso por ser las leucemias las causantes de unos 30 fallecimientos infantiles cada año en el país.

Terapia CAR-T

Una vez que conoció las experiencias del norteamericano Maude, y tras no conformarse con un tratamiento paliativo, optó por la terapia CAR-T, ya que los anticuerpos monoclonales no habían dado resultado en el caso descrito. Tal como refirió Rives, la terapia CAR-T consiste en extraer mediante aféresis las células sanguíneas, para seleccionar in vitro los linfocitos, expandirlos e reinfundirlos al paciente gracias a un vector de base vírica.

Del niño en cuestión, con gran fragilidad física y enfermedad muy avanzada, se extrajeron las células que fueron enviadas a Alemania (Leipzig, Novartis), una vez congeladas. Allí se creó el fármaco, durante un proceso que duró tres meses. Como es frecuente, el paciente padeció síndrome de liberación de citoquinas, fuertemente inflamatorio, que remitió con un anticuerpo monoclonal específico y corticoides, que lo llevaron a remisión a los dos meses y completa a los dos años. Durante el tratamiento, el niño también experimentó alucinaciones neurológicas que luego desaparecieron. La terapia completa fue CAR19 en LLA, cuyos pacientes más longevos hasta la fecha son una niña, de Philadelphia tras ser infundida hace cinco años, y un adulto con buena salud a los siete años.

Como resumen, Rives habló de formación altamente especializada y dificultades, como el estado de salud de los pacientes, la dependencia de las células propias y el tiempo de confección de la terapia en el laboratorio. Además del escape antigénico que provoca algunas recaídas.

Conocer el genoma

La directora del programa de terapia génica y regulación de la expresión génica del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA), de la Universidad de Navarra, Gloria González Aseguinolaza, disertó sobre las terapias génicas aplicadas a las enfermedades raras.

Describió el genoma humano, compuesto por 3.200 millones de bases que configuran 20.000 genes, en los que los nucleósidos deben tener una configuración perfecta en términos de salud. No obstante, cualquier pequeña modificación en una proteína puede derivar en una patología. En un planeta en el que hay 7.000 enfermedades raras que afectan a, probablemente, 300 millones de personas, informó la investigadora.

Como esperanza, presente o futura, para los tres millones de personas afectadas en España, las terapias génicas permiten editar el genoma humano con finalidad terapéutica. Esto permite disponer de una generación de fármacos, según la ponente, con la barrera todavía no superada, del envoltorio del núcleo celular.

Virus y lentivirus

Como primera experiencia en enfermedades monogénicas, la investigadora del CIMA, citó un ensayo de 1989, del que se llegó a las experiencias de 2017 en atrofia muscular espinal con adenomavirus que aportan la proteína deficitaria y llegan al cerebro tras superar la barrera hematoencefálica; además de otros casos de amaurosis y cierto tipo de ceguera hereditaria.

Afortunadamente, González Aseguinolaza explicó que existen lentivirus, como el del Sida, una vez desactivado, que se integran con el interior de las células. Junto a los adenovirus, muy prolíficos y, en menor medida, los herpes, de manejo más difícil.

Como mayor éxito de las terapias génicas en España, citó el trabajo del responsable del CIEMAT, Juan A. Bueren, en anemia de Fanconi, que ya está en desarrollo por parte de la compañía farmacéutica norteamericana Rocket. A lo que sumó el proyecto de la doctora Fátima Bosh con Esteve en la citada atrofia muscular espinal. En paralelo a los avances, comentó, en trasplante de hígado curativo en enfermedad de Wilson, caracterizada por el desarrollo de cirrosis por acumulación de cobre. Lo que dio lugar a la empresa Vivet Therapeutics, con participación de Roche y otras firmas, a partir de captación de capital riesgo.

Incubar la innovación

El presidente de la comisión de I+D de la Confederación Española de Organizaciones a Empresariales (CEOE), Juan López Belmonte, presidió una mesa sobre colaboración público-privada. En su calidad también de vicepresidente de Farmaindustria, puso nombre a su sector como líder llamado a mejorar la vida de las personas en el mundo. Para López Belmonte, la colaboración público-privada es una realidad de éxito, como demostraron, a su juicio, las experiencias relatadas a continuación.

Inició la mesa el científico senior de Janssen Cilag, Antonio Gómez, que confirmó que la industria farmacéutica ofrece un modelo de innovación en cambio hacia fórmulas más abiertas que las tradicionales. En ese punto, encontró como dificultades que España sea un país con gran producción científica publicada y pocas patentes, lo que demuestra cierto divorcio entre la ciencia académica y el mundo empresarial e industrial, actualmente precisado de capital riesgo. Según precisó Gómez, el proyecto I2D2 ya dispone de 150 propuestas de innovación disruptiva, que al presente están en fase de evaluación por parte del comité científico de la entidad.

Innovar en Galicia

Completó la información aportada por la asesora científica de la Fundación Kaertor, Maite de los Frailes, que entró en el detalle del Proyecto I2D2 sobre incubación de la innovación en el descubrimiento de nuevos fármacos. Una iniciativa que busca superar el “valle de la muerte” en el que quedan arrinconados excelentes proyectos de investigación.

Destacó el trabajo de Mabel Loza en BioFarma y del profesor Ángel Carracero, generador de una plataforma de screening de alta capacidad en Santiago de Compostela.

Dentro de la actividad de la fundación, De los Frailes comentó sus acuerdos con firmas como Astra Zeneca y Lilly para disponer de bibliotecas de moléculas con las que investigar.

Investigar en abierto

Seguidamente, el director de la unidad de kinetoplástidos del laboratorio internacional que GSK tiene en Tres Cantos de Madrid, José M Fiandor, aclaró los puntos esenciales del programa Innovación Abierta (Open Innovation Program). Un modelo de trabajo centrado en las enfermedades tropicales y resistencias microbianas, desde la óptica de la investigación colaborativa.

Fiandor aportó información sobre la ciencia aplicada a la leishmaniosis, la enfermedad de Chagas y la tuberculosis, mediante el trabajo en Tres Cantos, uno de los cinco centros de investigación de GSK en el mundo, con base en un fondo de patentes y cooperación estrecha entre el ámbito académico y el industrial.

El responsable del proyecto aclaró que no es una agencia financiadora, sino que apoya propuestas en las que pueda colaborar la propia entidad, con foco en países de rentas bajas. De esta forma, se han apoyado hasta el momento 72 desarrollos, con 86 investigadores, de los que actualmente hay 22 en marcha. Entre otras posibilidades, los programas científicos soportados buscan test frente a parásitos muy prevalentes en el medio tropical.

La voz de la Efpia

Por su parte, Magda Chlebus, directora ejecutiva de política científica y regulatoria de la Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas (Efpia), resumió los últimos años de colaboración público-privada en biomedicina en Europa.

En su parlamento, Chlebus defendió la simbiosis necesaria entre academia e industria, con proyección a través de los hospitales. Respecto a la Iniciativa de Medicinas Innovadoras, afirmó que buscan el consenso con las autoridades regulatorias de los distintos países y se apoyan en modelos de colaboración público y privada que permitan crear nuevos desarrollos. Se trata de una trayectoria de diez años, que ya suma una financiación de 5.276 millones de euros, desde el año 2014 y que tendrá su aplicación hasta 2024. A partir de fondos aportados a partes iguales por la autoridad de la Unión Europea y la propia Efpia. En una dinámica de trabajo conjunto, con economías de escala y la misión de crear valor apreciable desde la esfera pública. Siempre, aseveró la ponente, con el objetivo irrenunciable de cubrir gaps no atendidos en la ciencia médica.

Como ejemplo de todo ello, la ponente puso el compromiso de la industria farmacéutica europea para la reducción de las resistencias microbianas a los antibióticos, un problema que mata a 25.000 personas cada año en el continente, y que cuesta a los países miembro 1.500 millones de euros, ejercicio a ejercicio.

La prestación sanitaria

Tras la mesa de impronta sectorial, diferentes especialistas analizaron los desafíos y oportunidades que ofrece la incorporación de la innovación a la prestación sanitaria. Para ello se contó con la moderación del periodista sanitario Javier López Iglesias.

Con el reparto de los turnos de palabra por parte del periodista, la mesa cruzó argumentos sobre el valor social y económico de los medicamentos, la necesidad de encontrar un modelo de financiación pública que permita la permanencia del sistema sanitario y el apremio de evaluar los nuevos y antiguos medicamentos desde la perspectiva de los resultados en salud que logran en los pacientes.

Pagar por resultados

Según la óptica del presidente de la Fundación Weber, Álvaro Hidalgo, el medicamento es un producto útil para conseguir retornos como el ahorro de costes asistenciales directos  e indirectos, como la pérdida de productividad que conlleva la enfermedad y sus sufrimientos asociados.

Hidalgo apostó por dotar a los gestores sanitarios de las necesarias herramientas para difundir la prevención de la enfermedad, con apoyatura en las nuevas tecnologías y sistemas de pagos por resultados, única vía, entendió, para perfeccionar el esquema de la sanidad sufragada con impuestos.

Pacientes y acceso

En nombre de los pacientes, la secretaria general de la Asociación de Personas con Enfermedades Crónicas Inflamatorias Inmunomediadas (Unimid), Carina Escobar, reprochó el porcentaje de PIB destinado a Sanidad en España y lamentó que el medicamento no sea visto como un valor capaz de mejorar la vida de las personas y la calidad de su existencia.

Destacó Escobar el coste social de la enfermedad, muchas veces mitigado o eliminado por la farmacoterapia. Desde el punto de vista de la representante de pacientes, es obligación de todos los agentes de la salud garantizar el acceso a las nuevas terapias, sin que la falta de recursos públicos sean una excusa recurrente.

Visión desde la clínica

Por su parte, el doctor José María Álvaro-Gracia, reumatólogo del Hospital de la Princesa, de Madrid,  razonó que el medicamento es a la vez gasto e inversión. Para ello, puso el ejemplo de las vacunas que, aunque tienen precio, también ahorran costes asistenciales al evitar importantes enfermedades.

Álvaro-Gracia pidió por un lado que la financiación farmacéutica y sanitaria salga de la refriega política, pero por otro lado demandó a las formaciones políticas que alcancen un acuerdo global y básico, similar al que representa el Pacto de Toledo por las pensiones, para salvar la sanidad como un bien común a todos.

En su calidad de médico especialista, advirtió que es y será bueno lograr que se paguen los medicamentos según los resultados en salud que ofrecen, aunque esto no siempre es factible. En ese sentido, consideró que es más fácil medir el éxito en mortalidad frente a un tipo de tumor que los beneficios que se pueden lograr en artritis reumatoide.

Sostenibilidad en mayúsculas

Finalmente, el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, escribió en letras mayúsculas la palabra sostenibilidad, ante los desafíos financieros que representan las terapias génicas que están a punto de llegar. Por eso, pidió “industrializar” los procesos que permiten recuperar pacientes sin esperanza, desde el uso de herramientas cada vez más avanzadas.

En esa línea, compartida con los otros ponentes de esta última mesa, afirmó que los fármacos son una inversión, como acredita la curación del 99 por ciento de los pacientes con hepatitis C gracias a los antivirales.

Como en la mayoría de las facetas de la vida, Arnés defendió el uso de fórmulas inteligentes para lograr la financiación de las nuevas terapias, siempre por cauces flexibles y colaborativos.



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