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17/06/2021 10:24:58
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Garantizar el acceso a vacunas exige una planificación estratégica

Realizar un análisis estratégico de procedimientos que se utilizan en materia de vacunas, así como evaluar la importancia de la planificación presupuestaria han sido las claves del encuentro de expertos 'Impacto presupuestario y económico de las vacunas. Análisis 2010-2020 y estimación 2021-2030' organizado por Diariofarma y que tuvo lugar hace unos días de forma telemática.

El encuentro, que forma parte del ciclo ‘Planificación de los recursos en salud pública y vacunas’, ha contado con la participación de Manuel Escolano, ex director general de Salud Pública de la Comunidad Valenciana; José Carlos Vicente, ex director general de Salud Pública de Murcia, David Cantarero, director del grupo de investigación de Economía de la Salud del Instituto de Investigación Sanitaria de Valdecilla; Santiago Rodríguez, subdirector de Tesorería del SAS; Amós García, presidente de la Asociación Española de Vacunología, y Juan Luis López-Belmonte, gerente de acceso al mercado de Sanofi Pasteur.

Los participantes en el debate han reconocido que el impacto que las vacunas y la Salud Pública en general tienen sobre el presupuesto es reducido (un 0,3% y 1% del gasto sanitario público total en vacunas y Salud Pública respectivamente). Además, algunos han señalado que, en caso necesario, subir el presupuesto “no ha sido un problema”, si bien se ha puesto encima de la mesa la importancia de incrementar esta partida y, especialmente, recuperar el terreno perdido desde la crisis económica de 2008.

A este respecto, el economista David Cantarero ha asegurado que “en España la inversión en vacunas se desplomó la crisis financiera de 2008 y nunca se recuperó”. Además, ha asegurado que hay limitaciones para la previsión y el diseño de la estrategia porque se están dando por buenas cifras aproximadas de inversión en vacunas, debido a la enorme dificultad que supone encontrarlas y comparar con otros países. Asimismo, ha insistido en la idea de que faltan procedimientos que permitan las adquisiciones basadas en valor. Eso permite, tal y como ha explicado, que exista la prioridad presupuestaria para tratamientos cuyos resultados son más evidentes que los de la Salud Pública, que tiene “escasa visibilidad política” y unos plazos largos. Además, Cantarero aboga por fomentar la capacidad productiva y logística, aunque “aún queda mucho que hacer por el modelo de valor” y ser contundentes frente al discurso contra las vacunas.

Este economista ha respaldado también la idea de que es necesario definir el escenario ideal, y mirar a otros países en los que la inversión en Salud Pública -y vacunas en particular- ha sido sustancial, como Reino Unido y Alemania.

La importancia de la inversión en Salud Pública fue puesta encima de la mesa por Amós García, quien considera que la inversión en esta política es pareja a la de otras infraestructuras y obras públicas. Pese a ello, ha apuntado que España tiene ahora una estructura “débil pero altamente cualificada”. Además, el presidente de la AEV ha explicado la relevancia de la Salud Pública para la sociedad con un ejemplo: “con listas de espera se puede vivir, pero con un brote de legionela, no”. Por ello, reclamó “potenciar la estructura de Salud Pública”.

¿Sin problemas de presupuesto?

Entrando a valorar los aspectos relacionados con la planificación presupuestaria y pese al planteamiento de López-Belmonte, el ex director general de Salud Pública de la Comunidad Valenciana ha descartado que el problema de las vacunas sea de esta materia, ya que ni en su incorporación en el pasado ni en su adquisición en situaciones de emergencia como la actual ha sido así. Escolano, eso sí, aprecia un problema de funciones competenciales en el Sistema Nacional de Salud, como el Consejo Interterritorial, haciendo que la situación sea homogénea en todo el país. José Carlos Vicente está de acuerdo en la ausencia de tensión presupuestaria por efecto de las vacunas, y también en la necesidad de coordinar todas las funciones que guardan relación en este ámbito de la Salud Pública. Al momento actual se ha referido como “clave para repensar cuál va a ser el panorama en los próximos años”.

La de David Cantarero, ha sido una voz más en la llamada a la coordinación entre Ministerio de Sanidad y comunidades autónomas, aunque ha discrepado en el peso del presupuesto. Ha apuntado que mientras el gasto en alcohol y tabaco puede llegar a los mil euros anuales por persona en España, sigue percibiéndose la inversión en vacunas como “problemática” y les cuesta hacerse un hueco en los presupuestos. También ha recordado que, a pesar de que los resultados de los estudios sobre coste-efectividad de las vacunas son claramente favorables, se necesitan resultados en salud y armar mejor el argumentario al respecto pensando en los próximos años.

En relación con los estudios de coste-efectividad, López-Belmonte ha querido dejar claro que, en la mayoría de las ocasiones, las evaluaciones de las vacunas concluyen son coste efectivas, e incluso algunas vacunas de la gripe pueden llegar a ser dominantes ofreciendo un mejor resultado y un menor coste, por lo que “sería dominante y generaría un ahorro” al sistema.

Para Santiago Rodríguez en el pasado no ha habido problemas presupuestarios en relación con las vacunas, ya que, en caso necesario, el sistema reacciona reasignando partidas. Rodríguez también ha querido plantear el matiz de que “gastar no siempre significa estar haciendo las cosas mejor”.

La visión de la industria y de un laboratorio líder en vacunas fue aportada por Juan Luis López-Belmonte, quien ha puesto encima de la mesa que, desde su perspectiva, la rigidez presupuestaria sí que ha supuesto un problema para las vacunas. “El modelo actual no fomenta mantener los precios y el valor de las vacunas, sino que ayuda a las espirales de erosión de precio y no se centra en otros criterios técnicos” ha explicado el representante de Sanofi Pasteur, compañía que ha colaborado en la realización del encuentro. Para López-Belmonte, además, la Ley de contratos del sector público actual dificulta la planificación, algo que sería muy necesario dado que, según un estudio, el gasto en vacunas en España se duplicará hasta los 700 millones en los próximos 10 años.

Por su parte, Amós García ha añadido dos elementos para la reflexión. La financiación que recibe la Salud Pública dentro del sistema es mínima a pesar de ser una de las que realmente modifican la salud de la ciudadanía, no hay una presión inmediata por financiarla. “La inversión en Salud Pública no ayuda a ganar elecciones, pero la falta de inversión en Salud Pública ayuda a perderlas”, ha declarado. A su entender, la pandemia ha puesto en evidencia la debilidad del sistema en este ámbito. Desde la perspectiva presupuestaria, la reflexión es que no todas las vacunas son iguales, y que a mayor precio pueden obtenerse mejores “prestaciones”. Por eso lamenta que la innovación no esté representada en los procesos de compra de vacunas y, de nuevo, la idea de que los fondos destinados a vacunas no son gasto sino inversión.

El presidente de la AEV también ha querido plantear el buen resultado que ha tenido los acuerdos marco para “democratizar y bajar los precios entre las comunidades autónomas”. No obstante, también ha reclamado un proceso de planificación ya que, como ha recordado, “las vacunas que se compren dentro de dos o tres años se empiezan a planificar por las compañías farmacéuticas ahora”.

Juan Luis López-Belmonte se ha sumado a la reflexión de que el actual modelo para la compra de vacunas no facilita ni el mantenimiento de los precios ni la consideración de su valor, “a pesar de que se percibe como muy importante el hecho de contar con vacunas”. El modelo de adquisición fomenta, en sus palabras y las del resto de participantes, una espiral descendente de los precios, ya que predominan los criterios económicos frente a los técnicos en la compra. “Es algo que puede poner en peligro el ecosistema, ya que existe tensión en la demanda”, ha declarado.

Sopesando la financiación parcial

Los participantes en el debate plantearon la posibilidad de financiación parcial de vacunas, como sucede con los medicamentos, como una opción alternativa al sistema actual de inclusión en el calendario con financiación pública total. Varios de los participantes en la mesa lo valoraron como “interesante”, entre otros modelos que se podrían explorar aprovechando las experiencias de otros países.

Otra sugerencia ha sido aliviar la tensión sobre los precios creando concursos multiganadores para no poner en peligro los suministros, una estrategia que se ha adoptado con éxito en Portugal, según ha recordado Juan Luis López-Belmonte.

El presupuesto en vacunas es equivalente al 1,6% (270 millones de euros) de la factura farmacéutica total y solo un 0,4% del gasto sanitario total. Por ese motivo, un incremento, incluso si fuera sustancial, tendría por tanto un impacto presupuestario limitado. A este respecto, se recordó que hay picos de incremento de gasto más acusados que no se cuestionan en otras áreas terapéuticas.

En su análisis final, los participantes han sugerido que se fortalezca normativamente la ponencia de vacunas, pero que su composición se amplíe de forma que puedan entrar en el debate todos los actores que intervienen en el proceso para facilitar la planificación. Además, se ve necesario que se consideren los ahorros generados por las vacunas y la riqueza que puede generar el sector -más que el ahorro a corto plazo ejerciendo presión para reducir precios-, que se busque un acuerdo político para el fomento de la Salud Pública, además de garantizar la accesibilidad.

A esto, Amós García ha respondido que la incorporación de vacunas al calendario sigue a una evaluación exhaustiva, que ha opuesto a la de la incorporación de otras terapias a la cartera de servicios con ensayos clínicos en los que la población de pacientes es muy reducida. “El rigor debe ser una exigencia para todos”, ha declarado.

Las vacunas como estrategia

Santiago Rodríguez ha subrayado la importancia de contar con un plan estratégico. “¿Vamos a potenciar, además de la compra, la investigación, la capacidad productiva y la logística? ¿Cuál es nuestro modelo? ¿Queremos comprar donde haya vacunas, o desarrollarlas nosotros?”, ha preguntado. A este respecto, y dado que las vacunas son cada vez un bien más escaso, José Carlos Vicente se ha declarado partidario de adoptar políticas que generen el despegue del sector en España.

Para Manuel Escolano, mejorar el esquema actual implicaría un análisis previo de lo que debería haberse hecho y no se hace, estableciendo -por ejemplo- una utilización de la ley de contratos del sector público que establezca criterios adicionales al precio: cobertura, adherencia, criterios profesionales y otros que han inspirado iniciativas “extremadamente interesantes” en otros países de la UE.

Por su parte, el ex director general de Salud Pública murciano, también ha añadido a la necesidad de una Salud Pública “que responda a nuestras necesidades” en dimensiones sociales y económicas que son consecuencia de procesos de Salud Pública. Mientras el ámbito asistencial es puramente reactivo, José Carlos Vicente ha hecho hincapié en que las vacunas operan como protección y como reacción ante las crisis y que, en la covid-19, por ejemplo, se ha “revalorizado la importancia de las vacunas como elemento esencial en Salud Pública”.



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