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Las vacaciones se han interpuesto en un diálogo que debe producirse para que salga adelante una alternativa al actual sistema de subastas de medicamentos. Desde el pasado 28 de junio, cuando EG tuvo acceso a las enmiendas presentadas por los grupos parlamentos a la Ley de Sostenibilidad del Sistema Sanitario de Andalucía, no se ha producido ninguna conversación entre los partidos que anunciaron modelos alternativos al existente. Así lo confirma la portavoz de Ciudadanos, Isabel Albás, quien reconoce esta ausencia de conversaciones.

La disparidad de propuestas, atendiendo al reglamento del Parlamento andaluz, puede jugar a favor de la permanencia de las subastas. De ahí la importancia de alcanzar un consenso entre los partidos que se oponen a la medida si el objetivo final es modificarla. La fórmula ideal hubiera sido acordar una única enmienda pero los acontecimientos han deparado que sean tres las que tendrán que someterse al voto de la Comisión de Salud. Si no se produce un acuerdo entre las tres fuerzas para una única alternativa, la Consejería de Salud conseguirá que el modelo se perpetúe.

Las tres propuestas actuales difieren entre sí. Desde el Partido Popular se propone, “en defensa de la cohesión y equidad en todo el territorio nacional y de unidad de mercado”, suprimir el sistema para que el precio de referencia vuelva a ser el modulador universal. A posteriori, cuando concluya el desarrollo legislativo de los precios seleccionados por parte del Ministerio de Sanidad, sería este el modelo a aplicar en Andalucía.

La postura de Ciudadanos en las enmiendas presentadas era más genérica pero en consonancia con las presentadas por el Partido Popular. La formación naranja no alegó contra el artículo que sustentaría a las subastas pero sí lo hizo al apartado general de políticas para el uso racional del medicamento. Albás pretende no establecer ninguna medida sin haber medido previamente los resultados en salud que pudiera producir pero sí se opone frontalmente a las subastas. “No entraré en todas las desigualdades que generan las subastas de medicamentos en Andalucía, que son muchas por cierto. Hoy escribo sobre lo que a mi juicio es más preocupante: la dificultad con la que se encuentran nuestros mayores al cambiar constantemente de presentación sus medicamentos”, aseguraba hace unos días la diputada en una columna de opinión publicada en el Diario de Córdoba a raíz de una experiencia personal.

Desde Podemos la solución llega por modificar el sistema de subastas actual para que proporcione más garantías a los pacientes, no restrinja la competencia y compense a las farmacias, pero se niegan a volver a un sistema de precios seleccionados. El portavoz de la formación morada, Juan Antonio Gil de los Santos, aseguró a EG que su visión era compartida desde Izquierda Unida. “La Unión Europea nos obliga a no restringir la competencia y somos conscientes de que se ha sociabilizado unas ganancias que tenían las farmacias y hay que compensarla con la retribución de algunos servicios profesionales”, dijo Gil de los Santos tras presentar su enmienda.

A día de hoy, por tanto, se diferencian dos bloques que de no avanzar en negociaciones favorecería el inmovilismo que conviene al tercer grupo: el formado por el Gobierno andaluz y su pata legislativa, el grupo parlamentario socialista. Ninguno de los otros dos bloques (PP-C’s y Podemos-IU) suman suficientes votos para sacar adelante sus enmiendas, por lo que la necesidad de consenso es crucial.

El cronómetro juega a favor de los defensores de las subastas. El próximo día 21 de septiembre se celebrará la primera Comisión de Salud del nuevo periodo de sesiones. Si bien el orden del día no está cerrado —la mesa se reunirá la semana del 11 de septiembre para cerrarlo— lo más seguro es que tengan cabida las ponencias de la Ley así como las enmiendas parciales de los grupos parlamentarios para su debate. El funcionamiento de la Cámara, a menos que los grupos parlamentarios decidiesen retirar su enmienda, obligará a discutir por separado cada texto, lo que podría significar el fracaso de la oportunidad para suprimir las subastas de medicamentos. Podría darse el caso de poder elaborar una enmienda transaccional entre los grupos, pero debe contar con el beneplácito del grupo proponente de la Ley, que en este caso es el socialista. Este aspecto se revela como bastante improbable si se atiende al interés de este partido en que las subastas de medicamentos no se modifiquen ni un ápice.