Un nuevo informe de IQVIA ha evaluado la implementación de las terapias CAR-T en siete países, destacando que España e Italia presentan la mayor proporción de pacientes con linfoma difuso de células B grandes (DLBCL) que, tras ser derivados, finalmente reciben el tratamiento en la primera mitad de 2024. El informe señala que otros países como Australia, Canadá, Francia, Alemania y Reino Unido podrían enfrentar desafíos adicionales después de la derivación. A pesar de la alta proporción de pacientes tratados tras la derivación en Italia, el estudio advierte que no todos los pacientes candidatos son debidamente derivados, lo que constituye una barrera significativa. En España, el uso de estas terapias está en aumento, y la evaluación continua permite adaptar las políticas para mejorar su implementación. Sin embargo, se subraya la necesidad de garantizar una formación homogénea en CAR-T entre profesionales de diferentes regiones y abordar la variabilidad regional en tiempos de tratamiento, influenciada por la disponibilidad de recursos como puntos de aféresis, camas de UCI y personal capacitado.

El informe también pone de manifiesto asuntos pendientes, como la necesidad de dedicar más recursos humanos a la gestión de procesos y la recopilación de datos para aliviar la carga de los clínicos y potencialmente acelerar la administración de los tratamientos. Existe una variabilidad considerable en el tiempo transcurrido entre la derivación y el inicio del tratamiento en 2024, con plazos más amplios en Reino Unido y Australia, aunque un plazo de dos meses es común en todos los países. Estas demoras pueden deberse a limitaciones de capacidad y problemas operativos. Si bien en Francia, Australia y Canadá se reportó un mayor conocimiento sobre las terapias CAR-T entre los médicos derivadores, el informe sugiere que programas educativos e información adicional serían beneficiosos en todos los países. El estudio considera factores como la financiación, la derivación, el tratamiento y el seguimiento a largo plazo para ofrecer una visión del proceso completo del paciente, con el objetivo de identificar obstáculos y mejores prácticas. Se reconoce que el tratamiento con CAR-T es complejo y requiere la coordinación de equipos multidisciplinares, y las diferencias entre países pueden deberse a diversos factores, incluyendo el número de centros autorizados, los procesos de derivación y tratamiento, y la financiación. Todos los países analizados enfrentan desafíos en cuanto a capacidad y dotación de personal, y el tiempo promedio entre la recolección de células y la administración de la terapia varía entre países. El éxito de estas terapias costosas también depende del entorno y la financiación proporcionada por las autoridades.