La falta de adherencia a los tratamientos farmacológicos es un problema de salud pública de gran magnitud, que se ve agravado en verano y durante las vacaciones debido a los cambios de residencia y las modificaciones en las rutinas y hábitos sociales. Esto conduce a olvidos en la toma de medicamentos y afecta negativamente el control de la salud, pudiendo llevar a fracaso terapéutico, recaídas, empeoramiento de patologías y el aumento de la morbimortalidad. Además, la no adherencia supone un elevado coste para el Sistema Nacional de Salud, alcanzando los 11.250 millones de euros anuales en España. Las tasas de adherencia ya son bajas en patologías crónicas como hipertensión, diabetes y EPOC (52%, 56% y 41% respectivamente), y se estima que disminuyen aún más en el periodo vacacional, especialmente en enfermedades silentes donde los síntomas no son inminentes.

Para combatir esta problemática, se aconseja planificar la medicación para la duración del viaje y utilizar sistemas de recordatorios o alarmas para evitar olvidos. Es crucial llevar siempre dosis extra y conservar los medicamentos adecuadamente, evitando la exposición directa al sol. Los farmacéuticos juegan un papel fundamental, proporcionando información personalizada sobre los medicamentos y evaluando la adherencia del paciente. También ofrecen Servicios de Adherencia Terapéutica para identificar las causas de las dificultades y coordinar intervenciones. Una herramienta valiosa es el Servicio de Reacondicionamiento de medicamentos mediante Sistemas Personalizados de Dosificación (SPD), que reduce errores y facilita la toma al organizar la medicación en dispositivos específicos, generalmente para dos semanas. La farmacia insiste en el autocuidado y advierte sobre interacciones con alimentos o bebidas típicas del verano.