Los agonistas del receptor GLP-1 han significado una revolución terapéutica para la diabetes tipo 2 y la obesidad, con un potencial creciente en la prevención cardiovascular. El sector está en rápida expansión, impulsado por la innovación y la competencia farmacéutica, buscando opciones más cómodas de dosificación y fármacos o asociaciones más eficaces, como la combinación de semaglutida y cagrilintida (Cagrisema), que podría llegar al mercado próximamente y ofrecer ventajas en coste-efectividad a largo plazo.

No obstante, esta expansión trae consigo importantes interrogantes sobre la sostenibilidad. El elevado coste, la creciente demanda y los problemas de suministro son desafíos cruciales para los sistemas de salud. Para abordar estos retos, se plantean estrategias como incentivar los biosimilares tras el vencimiento de patentes, optimizar el uso mediante guías clínicas rigurosas, mejorar la capacidad de producción y enfocar la innovación no solo en la eficacia sino también en la eficiencia económica. Encontrar el equilibrio entre eficacia terapéutica y sostenibilidad económica es clave para no comprometer el acceso generalizado a estos medicamentos.