Las fusiones y adquisiciones tecnológicas en el sector farmacéutico son una herramienta estratégica clave para impulsar la innovación y la competitividad. Según el Dr. Lars Schweizer, experto en M&A farmacéuticas, tiene más sentido que una empresa adquiera una tecnología en lugar de desarrollarla internamente cuando el tiempo de lanzamiento al mercado es un factor crítico, la compañía carece de los conocimientos especializados necesarios, o la adquisición se alinea con los objetivos a largo plazo de la empresa y complementa sus capacidades. Por otro lado, el desarrollo interno es preferible para mantener un mayor control sobre la dirección y el ritmo de la innovación, o si los costes de adquisición son muy elevados y la tecnología no está madura. Dado el alto nivel de riesgo en la I+D farmacéutica, las compañías suelen combinar ambas estrategias: el desarrollo interno y el externo, incluyendo alianzas.

Para lograr una innovación sostenible, los directivos farmacéuticos deben asegurarse de que las adquisiciones tecnológicas estén alineadas con los objetivos de crecimiento sostenible de la compañía, más allá de los beneficios financieros a corto plazo. Es fundamental destinar recursos suficientes a la fase de integración posterior a la adquisición para asegurar que la nueva tecnología se incorpore eficazmente. Además, los equipos de I+D deben participar activamente en la toma de decisiones para garantizar la coherencia con los objetivos de innovación generales, y es clave realizar un seguimiento continuo del desempeño de la tecnología adquirida para asegurar su éxito a largo plazo. Ejemplos como la adquisición de CRISPR Therapeutics ilustran el potencial positivo, mientras que otras en salud digital han fallado por falta de integración efectiva. El sector farmacéutico se enfoca más en el medio y largo plazo debido a los extensos ciclos de desarrollo y requisitos regulatorios.