El Sistema Nacional de Salud (SNS), a pesar de ser un pilar fundamental y muy valorado, enfrenta desafíos estructurales significativos que comprometen su sostenibilidad. Entre ellos se incluyen el envejecimiento poblacional, la cronicidad de las enfermedades, la escasez de profesionales sanitarios, la desigualdad territorial en la provisión de servicios, la fragmentación organizativa y una lenta adopción de tecnologías digitales y terapias innovadoras. Estos retos hacen imperativo repensar la arquitectura institucional del SNS para preservar su legitimidad y capacidad de transformación, ya que ninguna comunidad autónoma ni el Estado por sí solos pueden afrontar eficazmente estas complejidades crecientes.

Ante este escenario, se propone la creación de una Corporación Pública de Servicios Sanitarios, una entidad pública de nueva generación con personalidad jurídica propia y autonomía funcional. Esta corporación ofrecería servicios estratégicos compartidos y de cooperación entre las comunidades autónomas, con el objetivo de reforzar la cohesión, la equidad y la capacidad transformadora del SNS, sin implicar una recentralización de competencias. Su adhesión sería voluntaria para cada comunidad, respetando el principio de subsidiariedad y complementando los servicios de salud autonómicos con capacidades estratégicas como la compra centralizada, la evaluación de tecnologías, la salud digital y el apoyo a la planificación. Su misión sería impulsar la transformación digital y organizativa, generando economías de escala y compartiendo inteligencia para resolver retos complejos.