Australia está implementando un modelo innovador para solucionar las desigualdades en el acceso a medicamentos, especialmente en un país con una geografía extensa y diversa. A través de los Acuerdos de Reforma Farmacéutica (PRAs), acuerdos bilaterales entre el gobierno federal y las jurisdicciones locales, se busca garantizar la disponibilidad de medicamentos en hospitales públicos a precios estandarizados y negociados a nivel nacional. Este sistema se integra con el Pharmaceutical Benefits Scheme (PBS) para promover la equidad, la eficiencia en la distribución y la continuidad en la provisión de tratamientos. La estrategia aborda los desafíos de infraestructuras fragmentadas y sistemas de salud dispares entre zonas urbanas y rurales.

El éxito de este modelo se evidencia en las cifras: las regiones con PRAs dispensan entre un 39% y un 64% de las recetas de medicamentos de alto coste en hospitales públicos, frente a solo un 28% a 33% en las regiones sin estos acuerdos. La clave del sistema australiano radica en una gestión coordinada y basada en datos, que permite identificar patrones y diseñar políticas adaptadas a las necesidades de cada comunidad. Además, se fomenta la colaboración entre el gobierno, las farmacéuticas y las comunidades para negociar precios, optimizar el suministro y controlar el inventario de medicamentos caros, sirviendo como ejemplo para otros países con recursos limitados.