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NOTICIA DEL SECTOR SANITARIO
El abandono de la terapia diaria con aspirina a dosis bajas en personas con alto riesgo cardiovascular puede llegar a elevar en un 37% el riesgo de infarto o ictus.
26 Septiembre 2017 | Fuente original
Numerosos estudios han constatado que la toma diaria de ácido acetilsalicílico –o lo que es lo mismo, de la famosa ‘aspirina’– a dosis bajas ayuda a las personas en riesgo cardiovascular a prevenir un posible infarto o un ictus. Un beneficio que resulta aún más significativo en aquellos pacientes que ya han sufrido un primer ataque al corazón o un primer accidente cerebrovascular. Y es que la aspirina es un potente antiagregante plaquetario, esto es, impide que las plaquetas se unan formando un coágulo o trombo sanguíneo. Sin embargo, no deja de ser un fármaco, por lo que no se encuentra exento de efectos secundarios. Un aspecto a tener en cuenta dado que la toma de aspirina, aun a dosis bajas, debe mantenerse de por vida. Pero cuidado: un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Upsala (Suecia) muestra que la suspensión de la terapia a largo plazo con aspirina a dosis bajas incrementa de forma muy, pero que muy significativa la probabilidad de sufrir un segundo infarto o un ictus.
Como explica Johan Sundstrom, director de esta investigación publicada en la revista «Circulation», «la terapia con aspirina a dosis bajas es un tratamiento sencillo y muy barato. Así, y en aquellos casos en los que no se produzcan episodios de sangrado o se haya programado una cirugía mayor, nuestros resultados muestran los significativos beneficios para la salud pública que se pueden obtener cuando los pacientes mantienen su tratamiento con aspirina».
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