La Comisión Europea está ultimando una ambiciosa Estrategia de Ciencias de la Vida y Biotecnología para recuperar la competitividad y reforzar la autonomía tecnológica de la UE. Esta iniciativa, que ha sido bien acogida por el sector, busca eliminar obstáculos normativos, dinamizar la inversión y mejorar la coordinación entre Estados miembros, industria y comunidad investigadora. El borrador del documento contempla medidas concretas como la creación de una red de Centros Europeos de Excelencia en Terapias Avanzadas (ATMPs) y el lanzamiento de una Ley de Biotecnología transversal, la cual se espera que esté sobre la mesa antes de finalizar el año y quede acordada antes de 2026.

La estrategia también propone revisiones de los Reglamentos de Ensayos Clínicos y de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (HTA), un modelo de financiación por fases para proyectos de ATMPs, y la creación de un Consejo de Coordinación de Ciencias de la Vida para alinear inversiones. Además, se busca consolidar un ecosistema de bioproducción competitivo y resiliente en Europa, impulsando capacidades de fabricación avanzada y la soberanía en ingredientes farmacéuticos activos (API). En su dimensión internacional, la Comisión aboga por intensificar la cooperación global y atraer inversión y talento, respondiendo a la preocupación de que Europa quede rezagada frente a competidores como China y Estados Unidos en el ámbito biotecnológico.