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24/08/2017 08:29:00
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ASTURIAS-El coste de la nueva tecnología está pasando factura a Atención Primaria

Antiguos gestores creen que «hace falta controlar los precios de los fármacos innovadores porque frenan la incorporación de personal a la red básica»

Vivieron en primera persona el cambio de modelo de los antiguos ambulatorios a los centros de salud y creen que el desarrollo de Atención Primaria, la red que ha cumplido treinta años, «ha sido espectacular». Pero, con la perspectiva que da el tiempo y su experiencia en el sistema sanitario asturiano, consideran también que «es hora de replantearse el futuro de la atención básica en un escenario distinto». Y este pasa, fundamentalmente, como piden los profesionales, por una mayor inversión. El que fuera director provincial del Insalud entre 1989 y 1996, Manuel Matallanas (también fue gerente del HUCA entre septiembre de 2014 y mayo de 2016), así lo cree y alerta de que «el elevado coste de los nuevos fármacos y la innovación tecnológica está pasando factura a Primaria», que durante la crisis -con 11.000 millones de euros menos para Sanidad en todo el país- ve cómo cada vez le falta más personal. Matallanas deja claro que «la innovación tecnológica es consustancial al sistema», pero subraya el elevado porcentaje que suponen los nuevos fármacos, en el cómputo global de costes sanitarios: «Hace falta civilizar, controlar los precios».

Además de elevar los recursos, sostiene que «es necesario recuperar ilusiones y expectativas», como las que había entonces en prevención y cuidado de la salud, algo que los gestores de entonces coinciden en que ha ido disminuyendo con el tiempo. En este sentido, con una población cada vez más envejecida y con aumento de la esperanza de vida, aboga por empezar a 'desmedicalizar' el sistema, «concienciando al paciente de que tiene que ser mucho más responsable de su patología y su vida». Defiende una menor medicina defensiva, mayores vías clínicas entre Primaria y Especializada y el fomento de la telemedicina.

Incentivos a la productividad

Manuel Menéndez, gerente de Atención Primaria de Gijón entre 1985 y 1997, también plantea un cambio en un momento en el que «entre el 20% y 30% de los pacientes que ven los facultativos al día son mayores de 90 años, con pluripatologías y, algunos, en residencias». Desde su punto de vista, «habría que aligerar el trabajo que supone esta atención en centros de mayores a los médicos de familia», con geriatras en las residencias. «Ya se trató en su momento cuando se puso en marcha el servicio de geriatría de Cruz Roja , pero no se profundizó gran cosa». En un momento en el que crece la demanda por parte de los mayores, «cada vez más solos», se asumen pruebas que se hacían en el hospital y continúa la carga burocrática, opina que «debería haber incentivos para estimular la calidad. No todos los equipos trabajan igual y con la misma intensidad. Podrían ser económicos, aunque no necesariamente. También podrían traducirse en días libres, en mayor formación...».

Echa en falta mejor planificación por parte del Gobierno central en cuanto al personal sanitario. Saliendo al año 6.000 plazas de Médicos Internos Residentes (MIR) cuando anualmente se titulan 7.000 universitarios, Javier Alberdi, presidente del Sindicato Médico de Asturias, comparte que la falta de profesionales en el sistema debería llevar al ministerio a la reflexión. «Pero es que también la política de recursos humanos de la consejería en Primaria ha sido pésima, porque no se fideliza a los residentes, que se marchan a otras regiones con mejores condiciones laborales y retributivas. Además, cuatro áreas (Cangas del Narcea, Jarrio, Mieres y Arriondas) ya no cuentan con acreditación docente». Entre las reformas que plantea está rebajar la carga asistencial con agendas cerradas.

Elevar paulatinamente «el presupuesto de Primaria del 14% actual al 20% e incluso hasta el 25%» es otro de los objetivos de la Asociación por la Defensa de la Sanidad Pública, que preside Carlos Ponte. «La extensión de Primaria fue el paso más importante que se dio en Sanidad, pero la red quedó varada; es subsidiaria del hospital». Considera que «se fue perdiendo el trabajo en equipo» y cree, como Francisco Ortega -director provincial del Insalud entre 1983 y 1989- que «no se hace tanto hincapié en la medicina preventiva y promoción de la salud».



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