Almirall, una compañía con décadas de enfoque en la innovación en dermatología médica, ha realizado una inversión significativa de más de 1.000 millones de euros en I+D durante los últimos diez años, destinando alrededor del 12% de sus ventas netas a esta área. La farmacéutica refuerza sus capacidades de I+D combinando la innovación interna con colaboraciones estratégicas y acuerdos de licencia. Su prometedora cartera en fases iniciales incluye el plan de iniciar cuatro estudios clínicos de Prueba de Concepto (PoC) en los próximos 15 meses. Entre estos, destacan un anticuerpo anti-IL-1RAP para enfermedades autoinmunes como la hidradenitis supurativa (en Fase I y próximo estudio en hidradenitis supurativa), una proteína de fusión IL-2muFc para enfermedades autoinmunes (en Fase I, con Simcere), un anticuerpo anti-IL-21 para enfermedades cutáneas inmunomediadas (en Fase II, licenciado de Novo Nordisk), y una novedosa terapia oral para enfermedades raras como la epidermólisis ampollosa distrófica (en Fase I, licenciado de Eloxx Pharmaceuticals). La innovación de Almirall va más allá de su centro interno, integrando tecnologías avanzadas a través de estas colaboraciones.

En cuanto a su portfolio comercial, Almirall ha lanzado recientemente lebrikizumab para la dermatitis atópica moderada a grave, que ya está disponible en 11 países europeos y se espera en otros cinco en 2025, marcando un hito en las necesidades no cubiertas de los pacientes. Además, la compañía tiene previstos lanzamientos de un tratamiento tópico para la onicomicosis en Europa y un antibiótico oral para el acné en China en 2025, junto con la extensión de un tratamiento para la queratosis actínica. Para acelerar el descubrimiento de nuevas terapias, Almirall está fortaleciendo sus capacidades de investigación a través de alianzas estratégicas en inteligencia artificial y supercomputación, colaborando con Microsoft para la IA generativa en el descubrimiento de dianas terapéuticas, con el Barcelona Supercomputing Center (BSC) para el avance de la investigación dermatológica con IA, y con el Centro de Regulación Genómica (CRG) para identificar biomarcadores y desarrollar nuevos modelos de enfermedad para la dermatitis atópica y el cáncer de piel.