La industria farmacéutica se enfrenta a un entorno cada vez más exigente, caracterizado por la presión regulatoria, la necesidad de acelerar la innovación y la creciente complejidad de sus procesos. En este contexto, metodologías como Lean Six Sigma (LSS) han sido clave para optimizar operaciones, reducir costes y garantizar la calidad. Sin embargo, la investigación reciente subraya los límites del LSS tradicional, destacando la integración de la inteligencia artificial (IA) como una evolución necesaria para que el sector mantenga su competitividad. Esta combinación permite que los modelos LSS evolucionen de sistemas reactivos a plataformas predictivas y prescriptivas, anticipando fallos, optimizando la toma de decisiones en tiempo real y detectando patrones invisibles para el análisis humano mediante el aprendizaje automático y la minería de datos.

La integración de IA en los sistemas LSS ofrece soluciones innovadoras para automatizar tareas repetitivas y predecir fallos antes de que ocurran, impactando positivamente en la reducción de errores, la mejora de los controles de calidad y el acortamiento de los ciclos de desarrollo de medicamentos. Además, esta sinergia refuerza el cumplimiento normativo en un sector altamente regulado y genera importantes ahorros económicos, al reducir costes operativos, productos defectuosos y tiempos de resolución de problemas. Aunque la implementación presenta desafíos como la resistencia al cambio y la inversión inicial, los expertos recomiendan una hoja de ruta clara y la formación de equipos interdisciplinares, asegurando que la IA complemente y potencie el juicio humano.