El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado un ultimátum de dos meses a 17 grandes farmacéuticas para que rebajen los precios de los medicamentos recetados en el país. El objetivo es que los precios en Estados Unidos sean equivalentes a los que se pagan en otras naciones desarrolladas. Entre las compañías que han recibido estas cartas se encuentran Lilly, Sanofi, Regeneron, MSD, Johnson & Johnson y AstraZeneca.

Trump criticó las propuestas anteriores para resolver el problema de los precios como "más de lo mismo", acusando a la industria de buscar miles de millones en ayudas. La demanda específica del presidente es que estas empresas no ofrezcan a otras naciones precios mejores que los que dan a Estados Unidos. El plazo para que las farmacéuticas respondan concluye el 29 de septiembre, y Trump ha advertido que, de no intervenir, su administración utilizará todas las herramientas disponibles para proteger a los estadounidenses de prácticas abusivas en la fijación de precios.