El nuevo Plan de Terapias Avanzadas 2025-2028 ha sido recibido por los expertos como una oportunidad para mejorar el acceso de los pacientes a estos tratamientos innovadores, extendiendo el modelo más allá de las terapias CAR-T. Los especialistas valoran positivamente que el plan impulse la investigación académica, dé más protagonismo a las comunidades autónomas y permita flexibilizar ciertos procesos, como la realización de la aféresis (extracción de células) en centros más cercanos al paciente. Sin embargo, coinciden en que el documento es "escueto" y "genérico", dejando muchos aspectos por concretar que requerirán un desarrollo posterior para evitar inequidades y garantizar la coordinación.

Uno de los mayores retos que persisten son los largos plazos desde que se solicita una terapia hasta que se administra, un tiempo que de media alcanza los 59 días y provoca que hasta un 25% de los pacientes no lleguen a recibir el tratamiento por el avance de su enfermedad. Para mejorar esta situación, los expertos proponen medidas como la creación de "códigos CAR-T" para agilizar pruebas diagnósticas y una mayor coordinación entre hospitales y profesionales. Asimismo, el plan introduce un nuevo grupo operativo que dará más peso a las comunidades, aunque se advierte del riesgo de generar desigualdades si no se definen protocolos claros y homogéneos para todo el Sistema Nacional de Salud.