El Plan de Salud a 10 años para Inglaterra, publicado el 3 de julio de 2025, es un proyecto estrella del gobierno laborista de Keir Starmer y se considera un plan de salud integral que supera el alcance del mero sistema sanitario, aunque contempla múltiples reformas para el Servicio Nacional de Salud (NHS). Este plan, exclusivo para Inglaterra (que representa el 81.6% de la población del Reino Unido), respeta los principios fundacionales del NHS: cobertura universal, gratuidad en el punto de uso (con excepción de medicamentos), basado en la necesidad y financiado por impuestos generales. La elaboración del plan fue un proceso altamente participativo, que incluyó un informe independiente de Lord Darzi y una consulta masiva con 4,000 profesionales y ciudadanos, antes de ser finalizado y publicado por el Gobierno.

El contenido del Plan se articula en torno a tres ejes fundamentales: la transición "del hospital a la comunidad" (creando Equipos Integrados de Vecindad), "de analógico a digital" (mediante la Historia de Salud Digital y la NHS App para una relación directa con el ciudadano), y "de enfermedad a prevención", con objetivos específicos como crear una generación libre de tabaco o combatir la obesidad y la contaminación. Aunque las ideas propuestas han sido bien recibidas, la crítica principal es que se le considera más una visión que un plan, con una falta de claridad sobre el "cómo" se lograrán los objetivos, y hay escepticismo sobre los ahorros o el éxito de las promesas tecnológicas. El artículo contrasta esta dinámica reformista con la situación en España, donde el Sistema Nacional de Salud (SNS) no ha experimentado reformas profundas desde la Ley General de Sanidad de 1986, debido a la resistencia de la Función Pública y las posiciones sindicales, lo que resalta la lección de que los gobiernos no deben delegar las reformas y necesitan una visión clara.