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NOTICIA DEL SECTOR SANITARIO
Científicos han demostrado que los nanotubos de carbono mejoran drásticamente la eficacia y duración de antibióticos como cefepime y meropenem, combatiendo así la resistencia bacteriana al permitir una entrega más eficiente y prolongada.
12 Agosto 2025 | Fuente original
Un equipo de investigación de las universidades de Huelva y de Sevilla y el Hospital Universitario Virgen Macarena ha empleado nanotubos de carbono para mejorar la administración de antibióticos como el cefepime y el meropenem. Estas estructuras, que son un millón de veces más finas que un cabello, permiten que los fármacos actúen de manera más precisa en el foco de la infección y prolongan la duración de su efecto. Esto representa un avance significativo en la lucha contra la resistencia bacteriana, ya que facilita una entrega más eficiente del principio activo. Actualmente, el cefepime y el meropenem, utilizados para infecciones graves como neumonías o septicemia, requieren administración intravenosa y su acción en el torrente sanguíneo es de solo 1 a 2 horas, lo que exige dosis frecuentes y contribuye a la rápida adquisición de resistencia por parte de las bacterias. Con la nueva aplicación, se logra que la dosis actúe eficazmente durante 24 horas, lo que reduce la frecuencia de administración y mejora el rendimiento.
El método utilizado, conocido como adsorción física, permite unir el antibiótico a la superficie del nanotubo sin modificar químicamente el medicamento. Los nanotubos actúan como "pequeños contenedores" que transportan y liberan gradualmente el fármaco en el lugar necesario. Los ensayos de laboratorio demostraron que la incorporación de antibióticos en nanotubos de carbono reduce la concentración mínima inhibitoria necesaria para frenar el crecimiento bacteriano y prolonga el efecto terapéutico. Esta distribución sostenida mantiene niveles constantes del medicamento, mejorando su eficacia y disminuyendo el riesgo de generar resistencia. Se confirmó que tanto el meropenem como el cefepime se cargan en más de un 90% sobre los nanotubos de carbono. Aunque los resultados iniciales son prometedores para la aplicación médica, los científicos deben continuar las investigaciones para evaluar la citotoxicidad y asegurar que los nanotubos entreguen los antibióticos sin dañar las células sanas, buscando optimizar su longitud para evitar efectos adversos.
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