El estilo de liderazgo es un factor determinante para la retención del talento en la industria farmacéutica, impactando directamente en la satisfacción y permanencia de los profesionales. Una investigación reciente destaca que el liderazgo transformacional, caracterizado por inspirar, comunicar una visión clara y apoyar el desarrollo personal, fomenta entornos productivos y saludables. Por el contrario, el liderazgo tóxico, con comportamientos autoritarios, negligentes o de microgestión, genera tensiones, deteriora la cultura corporativa y es un factor decisivo para la fuga de talento en un sector donde perder capital humano altamente cualificado representa un riesgo estratégico.

La adopción de un liderazgo positivo no es solo una decisión ética, sino una estrategia inteligente que mejora la retención, la reputación interna y el clima laboral, preparando mejor a las empresas para enfrentar cambios y crisis. Para ello, los expertos recomiendan implementar programas de formación específicos para líderes, enfocados en inteligencia emocional y gestión de equipos, así como establecer mecanismos de evaluación continua y feedback ascendente, sin temor a represalias, para detectar y solucionar problemas de liderazgo tóxico a tiempo.